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miércoles, 5 de junio de 2019

Descubriendo la Rivera Nayarit


Así como en la vida en general estamos viviendo una época en que somos cada vez mas estructurados, mas rutinarios y tal vez un poco flojos, sentimos que es sano ver hacia fuera y observar que hay mas cosas de las que estamos acostumbrados a ver, muchas veces nos privamos inconscientemente de posibilidades que están a la mano y que no vemos por estar inmersos en la cotidaneidad o por no atrevernos a gastar tiempo en probar lo desconocido o sentirnos agobiados ante lo impredecible, prefiriendo situaciones mas cómodas, ciertas y seguras.
En las actividades swinger me he dado cuenta que también pasa lo mismo, cuantas veces no nos atrevemos a hacer algo distinto o a conocer nuevos lugares o a jugar un poco a la aventura por estar acostumbrados a lo mismo, o porque tenemos tal vez prejuicios creados por el propio ambiente en que nos movemos. ¿Han pensado por ejemplo, tal vez en alguna ocasión en ir a conocer un club pero después dicen no mejor que no porque he escuchado que allá pasa esto o esto otro y no es mi onda y finalmente no van y no conocen quedándose siempre en lo mismo? O no van a una fiesta porque va una pareja que Uds. creen que no les va a simpatizar, o no quieren ir a cierto sector porque queda muy lejos? Bueno, así como en la vida en general esa falta de riesgo lleva a la monotonía, creemos en que en el lado B pasa lo mismo, y es tan simple que con salirse un poco del esquema y atreverse un poco mas no haciendo caso a prejuicios, representaciones mentales o creencias y experimentar ambientes nuevos para que luego se  empiece a encontrar todo nuevamente mas entretenido, resinificando el quehacer swinger en nuestro estilo de vida, sobre todo para las personas que llevamos hartos años en esto.
Esto lo pensamos una vez empezando el verano 2019, en que queríamos ir a algún lado para salir un rato de Viña que en los veranos cada vez esta mas penca y siempre se nos repetían en la mente los mismo lugares de siempre, pensamos en México  con Cancún (desire – temptation), pensamos en Jamaica con Negril (hedonism) y así con los típicos lugares a que uno siempre va y se vienen a la mente en forma automatizada, así como en el día día muchas veces se repiten las mismas ideas y conductas.
Punta de Mita
Y bueno, conversando con una amiga de Yoga nos contaba que por ejemplo México es mas que ciudad de México y la Rivera Maya, que hay lugares maravillosos que la gente no conoce y que sin embargo tienen mucha onda liberal y se puede pasar distinto pero igual de bien tanto o mas que en Cancún o Playa del Carmen, y nos recomendó ir a la Rivera Nayarit, cerca de Puerto Vallarta, un lugar de Yogis, Surfers y gente Ecofriendly, específicamente nos dijo que fuéramos a Sayulita, San Pancho y Punta de Mita.
Señora K, W Punta de Mita
Fue de esta forma, y como ya conocíamos de México el DF y la Rivera Maya, nos aventuramos a conocer nuevas tierras y tratar de encontrar parejas de nuestra onda en el terreno mismo, olvidando lo bien que lo hemos pasado en otros lados de México, porque nada dice que solo allí se puede pasar bien, total, haciendo memoria en los lugares mas inhóspitos como cuando anduvimos en Transilvania, Bielorusia, Varsovia , Bali o Dubai , siempre está presente el ambiente liberal y de alguna forma u otra lo hemos encontramos.
Fue así que con un vuelo con escala en ciudad de México llegamos hasta Puerto Vallarta, pasamos a buscar nuestro auto al rent a car y partimos a la Rivera Nayarit en nuestro Nissan Sedán (por suerte la señorita K no se espantó tanto al tener que manejar un sedan).
 Condujimos en un trayecto de 45 minutos aproximadamente hasta el hotel W ubicado en Punta de Mita, la carretera es buena y después los caminos interiores que siguen son súper fluidos y transitables sin dificultad, afortunadamente no pasamos malos ratos con la policía como en Cancún en que tienes que sobornarlos para que te dejen seguir tranquilo sin infraccionarte por cualquier cosa. En el camino pasas por varias playas de distintos estilos y afluencia de gente, desde lugares solitarios hasta playas llenas de surfistas.
Mr. K
El hotel quedaba por un camino interior que llegaba a una playa pasando entre mucha vegetación y senderos serpenteantes, llegando a un lugar muy estilo playero pero a la vez elegante y con una playa privada de lujo, no de color turquesa como en el lado del caribe pero si muy tranquila, arenas blancas y con una temperatura que no pasaba los 28 grados ni bajaba de 24, cielos siempre soleados, nada de lluvia y con gente muy relajada que tomaba el sol al ritmo de los bit de un DJ.
Todo el hotel era con Villas de diferentes tamaños y estilos casi todas independientes unas de las otras, muy estilo Hanging Garden of Ubud,  con sus terrazas y algunas  como la de nosotros con piscina, ideal para invitar algunas personas sexys a refrescar la noche.
Luego de inspeccionar el sector y los asistentes, empezamos obviamente a estudiar las posibilidades, nuestro amigo Tinder y algunos amigos mexicanos que hemos conocidos en otros viajes nos ayudaron mucho y nos dieron algunas luces de lo que era la onda del lugar y donde ir para tener éxito, pero mientras aprovechamos la playa, corrimos algunas olas y bebimos los tragos locales para entrar en ambiente y aventurarnos a conocer esa parte de la Rivera Nayarit.
Sra K ejercitándose en W Punta de Mita
Harta gente de ciudad de México y de California alojaba en el hotel, mucha pareja que iba a relajarse y a salir en las noches por algo de entretenimiento. Por la noche anduvimos en el lobby bar para analizar el espectro y encontramos algunas posibilidades entre las cuales estaba una pareja de luna de miel del DF  y otra de San Francisco que andaba media empastillada, últimos a quienes invitamos a la piscina a tomar el vodka que trajimos del duty free, pero como buenos californianos no pasó mas de las 2 y estaban muriéndose, así que esa noche parece que nos transformamos en soft y no se transformó en el clásico after full cuático destructivo al que estamos acostumbrados, alomejor nos estamos poniendo mas viejos, o no, la verdad es que los gringos eran medios débiles, pero igual algo soft de vez en cuanto, muy de vez en cuando, no es malo.
A los días siguientes decidimos ir a Sayulita que queda a unos 20 minutos de Punta de Mita, conocida por su fiestas, vida alternativa, y surf, nos imaginamos un poco que sería como Uluwatu, donde tuvimos increíbles experiencias, pero sin tantos australianos, así que pescamos nuestro súper Nissan Blanco, que picaba de 0 a 100 en unos 15 minutos mas o menos y partimos.
Sayulita Beach
Bueno Sayulita es un pueblito de playa pequeño con calles estrechas y harto visitante ultra shuer loco, pero ultra ultra; la marihuana era como la agüita mineral que uno toma antes del Jagger para hidratarse, y el mas sano andaba persiguiendo una serpiente imaginaria en medio de la calle. Así que dejamos el auto en un parking y salimos a pie a interiorizarnos del sector, buscamos donde arrendar algunas tablas para probar el mar y pasamos la tarde recorriendo y en el agua. Estéticamente es mas bonito Punta de Mita, pero Sayulita tiene mas onda, Punta de Mita es mas hippie chick, de gente con muchas lucas que va a carretiar para allá en una onda un poco mas cool. Sayulita en cambio es mas Hippie rancio y surfista aventurero, allí también encontramos harto movimiento LGTB y mucho naturalismo.
Nos decidimos pasar la noche allí y buscamos un lugar para quedarnos y poder ir a las fiestas sin tener que regresar al hotel manejando, así que cerca de la playa habían unas cabañas que tenían disponibilidad y en ellas descansamos un poco para prepararnos para la noche.
Mr. K Yogis, Sayulita
En la noche salimos, comimos harta mugre en los múltiples locales que venden comida a la calle y fuimos a bailar al ritmo del house a una casona cerca de la plaza, donde nos juntamos con unos amigos de mi amiga de Yoga que nos enseñarían la noche de Sayulita, nos movimos con ellos por varios locales, probamos muchas cosas y terminamos bailando en las orillas de la playa en la cabaña que arrendamos hasta que amaneció, nuestros nuevos amigos se quedaron con nosotros, nos cacharon toda la onda y hasta el día de hoy creo que mi amiga de Yoga me mira raro, pero imagino que lo que sucedió en Sayulita queda allá, y no le hayan contado muchos detalles, ojalá.
Ya de vuelta nos llevamos hasta Punta de Mita a los amigos nuevos donde los dejamos en la playa pública y luego nos dedicamos a descansar un poco en el hotel, hacer un poco de lado a y seguir buscando la diversión para el viernes y sábado que se venían que pensábamos pasar en San Pancho y tal vez ir a Puerto Vallarta. Entre tanto ya el jueves llegó mucha gente al hotel, mucho grupo de mujeres y hombres solo buscando diversión, un grupo de tres chicas veinteañeras mientras yo salí a correr unas olas se acercaron a la señorita K y le pidieron si quería acompañarlas a engrupirse a cuatro gringos que
estaban en la piscina, a lo que la jote de la señorita K accedió inmediatamente, cuando llegue vi muy cómodos a las cuatro chicas y cuatro chicos sentados tomando alcohol en la piscina, quien es uno para ir a molestar así que me dediqué al sol hasta que la señorita K llega y me cuenta sus aventuras al final no fueron exitosas porque resultó que los 4 chicos eran 2 parejas de niños que tenían un porcentaje inferior al 0% de heterosexualidad, así que las pobres chicas se quedaron con las ganas, yo iba a decirles que yo alcanzaba para todas, pero bueno, esas tonteras las digo mas en la noche.
Sra. K reposando
Esa noche cenamos en el restorán Thai del hotel “Spice Market”, uno de los mejores en que he comido ese estilo culinario, tal vez igualable solo al Hakkasan deLondres en sabor y onda, luego de lo cual nos quedamos en el LobbyBar que se transforma como en una especie de disco los fines de semana y nos hicimos mas amigos de las chicas que conoció la señorita K en la tarde, con las que coordinamos para visitar San Pancho al día siguiente.
San Pancho es otro pueblo de la Rivera Nayarit que queda al norte de Punta de Mita, la playa tiene arenas mas claras que Sayulita y el mar es mas transparente aunque las olas no son tan formadas como en el primero, la onda es mas parecida a punta de Mita que a Sayulita pero igualmente con un estilo mas alternativo y un carrete mas desenvuelto y relajado. En ese lugar conocimos a una pareja de Tinder con la que carretiamos juntos con las chicas del hotel, pero el sujeto no era del gusto de la señorita K, a quien calificó de “hippie marihuanero sin brillo”, con lo que evidentemente no tenía ninguna posibilidad de acceder a la chica, que era una Mexicana bien linda, pero son cosas que pasan. Dos de las chicas del hotel se perdieron en el camino y al final nos quedamos la pareja, la chica y nosotros carretiando en los bares del pueblo y una pequeña disco que había visitada mayormente por turistas del DF. Ya tarde y como no hubo onda con el tinderazzo, preferimos regresar al hotel y aprovechamos que la chica andaba media sobria para que manejara y nos fuimos a pegar un piscinazo a nuestra villa con la chica y a tratar de manosearla y llevarla por la senda del mal, logrando solamente éxitos parciales.
Despertando en la habitación
            Otro lugar que vale la pena de la Rivera es la playa escondida, que es una reserva de la biosfera que queda ubicada muy cerca de Punta de Mita pero que admite solo 60 personas al día divididas en 3 grupos , es algo maravilloso que vale la pena visitar y para lo cual debes nadar unos 100 metras desde donde te deja la lancha y llegar a una playa dentro de un cráter de un cerro es algo imperdible. A la ciudad de Puerto Vallarta no alcanzamos a ir, por que nos quedamos carretiando la última noche en el hotel, donde cada vez llegaba mas gente, pero por un lado mejor porque nos hubiéramos salido del estilo de paseo y carrete que estábamos llevando que apuntaba a algo mas playero y pueblerino que al de una gran ciudad como es Vallarta.
Mr K sunset Surf, San Pancho
            Concluyendo, fueron  8 días de harto paseo fiesta y encuentros raros, tal vez mas soft que veces anteriores pero que sirve para purificar el alma swinger y encontrarle sentido al estilo de vida que llevamos y que continuaremos esperamos por muchos años mas, o al menos hasta donde nos de el cuero, después de esta ultima arrancada ya nos quedamos mas tranquilos pasando el invierno en casa para esperar Septiembre en que se viene el Take Over de Ibiza en que estaremos contándoles en una nueva entrada que tal estuvo, aunque les dejamos pendientes la visita a Rio que hicimos en diciembre que si me da la motivación la plasmaré en el blog pronto.