Como todo concepto "Swingers" es una construcción mental que surge de la necesidad de clasificar através del lenguaje una determinada dinámica fáctica, por lo que he creído conveniente exponer mi punto de vista acerca de algunos tópicos relevantes acerca del concepto Swingers:, tales como ¿dónde empieza y dónde termina el concepto? ¿hasta dónde puedo objetivizar el concepto?, ¿cuál es la carga valórica correcta que debe dársele al concepto? ¿existe una necesidad normativa detrás del concepto?, todas estas cuestiones son divagaciones que muchas veces uno se pregunta y es sobre lo que quiero extenderme brevemente en esta nueva entrega.
Swingers en un concepto que de partida está en otro idioma, y como todo evoluciona en la mayoría de los diccionarios de la lengua inglesa ya la palabra swingers está definida como "intercambio de parejas", por lo que si queremos hablar en un sentido estricto debemos estarnos a esa significación.
Sin embargo, pienso que el temas es algo mas complejo, el concepto es una palabra en inglés, ya una primera complicación, palabra que viene del verbo Swing, un verbo cuyo infinitivo en español mas adecuado al caso es "oscilar", es decir, moverse alternadamente de un lado a otro, algo de luces nos entrega ese significado, pero cómo llegamos de oscilar a intercambio de parejas, es complejo el asunto, tan complejo como entender cómo llegamos de la resurrección de Jesucristo al conejito de pascua.
Si trabajamos gramaticalmente la palabra personalizándola agregándole ER para transformarla en "swinger" aquel verbo pasaría a revestir la calidad de sustantivo por un lado, en tanto haría referencia a la persona que ejecuta el oficio de oscilar, o bien por otro, un adjetivo para enunciar la cualidad de aquella persona. Bajo esa lógica gramatical caeríamos en una seríe de significados e interpretaciones sin sentido, por lo que no cabe otra conclusión que el concepto Swinger es una palabra nueva, con un significado propio producto de las autoproyecciones humanas.
Desde un paradigma construccionista el conocimiento se crea através de la experiencia y la experimentación, naciendo de esta forma la elaboración conceptual de lo vivido. La práctica, el contacto social y la discusión generan, ajustan, acotan y desarrollan el concepto, dándole un sentido y un alcance, por lo que podríamos concluir que las significaciones responden a una construcción individual generada a través de las vivencias fáctica o intelectuales, interpretadas por el sujeto social, objetivizando la realidad y asignándole una designación linguística.
Como en toda generación conceptual la carga colectiva es fundamental, la conducta del grupo es la que hace al concepto, por lo que el significado a darle al mismo no deberá ser otro que el de aquella actividad que ralizan aquellas personas que se identifican sustantivamente como Swingers, es decir, planteamos lisa y llanamente el dinamismo conceptual, alejándonos de paradigmas absolutistas de las significaciones conceptuales, por lo que si en un sentido estricto swingers es intercambio de parejas, no vemos el inconveniente en extenderlo a una significación mas ampliada incluyendo también a las variantes de trios e intercambios múltiples.
Si Swinger por un lado es una actividad y por otra un sustantivo que designa a la persona que realiza dicha actividad, la base, lo objetivable es la actividad misma, es decir la actividad de compartir sexualmente la pareja propia y/o intervenir sexualmente con la pareja de otro sujeto.
Teniendo claro eso, es decir, que swinger primeramente designa la actividad como tal, ya que si la hacemos desaparecer el sustantivo no tiene ningún sustento, ¿podemos asignarle una carga valórica a dicha actividad? pienso que la respuesta es que si, pero tan solo en un ámbito, cual es la libertad, es decir, podríamos reprocharla solo en el sentido que la actividad fuese realizada atropellando la libertad de decisión de una persona.
Si la libertad es la capacidad de todo ser humano de autodetermiarse en el mundo del ser, no podríamos atribuírle una carga valórica negativa a una actividad que se realiza utlizando ese derecho fundamental.
Eso respecto de la actividad misma, pero cuestión a parte es Swinger como sustantivo, es decir, el concepto que designa a la persona que desarrolla esa actividad, ¿podemos entrar a las motivaciones, situaciones, realciones, pensamientos, reflexiones de la persona, que la llevaron a decidir desarrollar aquella actividad, para poder categorizarlo y designarlo como swinger?
Estimo que muchas veces nos alejamos de la actividad objetiva atribuyéndole a la misma una carga subjetiva y valórica que no tiene, no es raro leer o escuchar una elaboración deontológica o normativa en torno al concepto swinger, cargadas de "deber ser", así por ejemplo conceptos como: amor, matrimonio, confianza, pareja estable, comunicación, etc. suelen contaminar el concepto puro y desvirtuarlo creandole una carga valórica que pretende otorgarle al sustantivo un entorno necesario e indispensable para desarrollar la actividad.
Ya lo decía Al Pacino en el Abogado del Diablo, "libre albedrío" mientras la opción sea fruto de la libertad, la existencia de una determinada situación varlórica interna del participante no lo hace mas o menos, mejor o peor swinger.
Reglas y normas existen en todos lados y en todas las actividades, pero dichas reglas en situaciones relacionales como el swinger no pasan a ser otra cosa que los dictámenes del sentido común, respetarás al otro, no obligarás a nadie, ser amable, etc, son normas de convivencia básicas. Exigir mayores requisitos que esos, dar recomendaciones de deber ser que se alejen de las sanas normas de convivencia o envolver al swingers de un entórno valórico determinado y especial, llevaría consecuencialmente a mutar la actividad entendida objetivamente como lo que pura y simplemente "es", a una actividad propia de una religión o secta, lo cual, claramente no es.
Es obvio que toda persona es libre de formarse un ideario valórico de algo, a modo de ejemplo: "Yo pienso que el swingers deben realizarlo personas que se enceuntren en tal o cual condición... " "Todo debe ser de tal o cual forma..." o "Les recomendamos hacerlo siempre que se reunan ciertas condiciones...", pero esto no pasa de ser de una manifestación subjetiva de nuetras creencias intrínsecas de como deben ser las cosas, y por tanto, una elaboración moral de la situación, y como tal, relativa, no imperativa, no exigible, no excluyente.
Si una pareja no tiene la suficiente confianza en su relación no quiere decir que no pueda llevar a cabo exitosamente un encuentro swinger y quedar muy satisfechos, lo mismo si una pareja no es estable o llevan un mes pololiando o no está enamorados.
Ya día a día vivimos y nos relacionamos con personas que prentenden guiar nuestro actuar de acuerdo a sus cánones éticos y morales, aquellos comunmente aceptados por la sociedad, por lo que en una actividad que esencialmente es una espacio de libertad y liberación física y moral, establecer cánones éticos subjetivos, excede a lo que naturalmente es el swinger y son las personas swingers.