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lunes, 6 de marzo de 2017

Milán, la capital de la moda y su lado B, un diario de viaje


Puede que comparado con otros destinos por los que hemos andado, Milán no sea una ciudad precisamente linda como, no se, Paris, Praga, o Brujas, puede que no tenga una arquitectura especialmente atractiva como Barcelona , Roma, o Transilvania , que sus paisajes no sean de aquellos que la gente comúnmente retrata en sus fotos donde el varón posiciona el brazo sobre los hombros de la dama y atrás se ve algún monumento, lago o volcán y que después se sube a Facebook para dejar de manifiesto su infinita felicidad y lo enamorado que se está; pues no, no es de aquellas, pero la verdad es que si no fue mi destino favorito en esta escapada, si se pelea los primeros lugares.
callecita de Milán camino a la última cena
Lo cierto, es que uno no va a Milán a ver grandes monumentos, museos o realizar recorridos históricos. A parte del Duomo, la Última Cena y el Teatro La Scala, Milán es una ciudad para comprar, salir de fiesta, ir a la ópera  y lucir el puro estilo italiano tan propio de la capital de la moda.
Nosotros ya estábamos al tanto de cómo era el estilo de los Italianos puesto que solo algunos años atrás habíamos estado bastante tiempo en Roma por estudios y nos tocó conocer bastante bien el diario vivir de los Italianos, de lo cual en su momento ya escribimos en este blog (ver artículoanterior), sabíamos que eran muy muy estilosos, pero que a la vez eran alegres y despreocupados y no dudarían en tomar una botella de vino sentados elegantemente en la Plaza España haciendo la previa antes de ir a alguna de las mas fashion discos de moda en Roma. Así las cosas, si Roma es estiloso, pues Milán lo es algo mas, de hecho me atrevería a decir mas que París.
Duomo
Con la señorita K llegamos un día martes provenientes de Londres a la capital de la moda, dudábamos mucho donde alojarnos, queríamos estar cerca de todo, pero como en toda ciudad grande eso es bastante difícil, pero afortunadamente la elección fue bastante buena, sobre todo para la señorita K, el Hotel Armani Milán quedaba exactamente ubicado en el cuadrado de la moda, cerca de esas tiendas de moda, de aquellas en que ya solo con ver a un señor don negro de dos metros ultra elegante en la entrada de la tienda te daba miedo entrar, o mejor dicho vergüenza por no estar lo suficiente elegantemente vestido, o simplemente porque no te bajas de un Bentley y el chofer te espera mientras compras esa cartera indispensable para salir en la noche. Pero la verdad es que uno se acostumbra a todo, y cosa de arreglarse un poquito por acá y por allá para tratar de parecer menos turistas, o mejor dicho, menos viajero, ya que obvio uno no se considera turista nunca, viajero tal vez, pero nunca nos verán con bermudas y polera “I love NY” paseando por la calle.
Señor K y la última cena
Ya habiendo descansado un rato dejamos el martes para ir a ver la última cena, a la que hay que comprar los ticket con bastante anticipación, la galería Brera con sus colecciones barrocas y renacentistas, y por su puerto ir a la opera en la noche al Teatro La Scala, aquel donde Verdi estrenaba sus operas a fines del XIX.
Respecto de la movida swinger, ya estábamos en la parte final del viaje y como adelantaba en un capítulo anterior dejamos un poco de lado a SDC porque lejos nos estaba resultando mucho mas Tinder, en cuando a rango etario, decisión y apariencia de las parejas. Para los que todavía fantasean con el tema terceras, en Milán es al revés  que en Chile, son las terceras las que buscan parejas con quienes hacer cosas, generalmente las parejas de Tinder buscan a otras parejas en perjuicio de tercer@s.
Esperando que comience la ópera, Teatro La Scala
Club hay varios, algunos en el centro y otros un poco mas alejados en comparación a los club de otras ciudades europeas, pero UN POCO alejados, hablamos de 15 a 20 minutos en uber, nada comparado con lo lejos que quedan algunos club en Santiago por ejemplo.
Tomando en consideración los comentarios decidimos dejar el día jueves para ir a Fashion Club, por lo que destinamos martes y miércoles para buscar contactos y conocer un poco del carrete lado A de la ciudad, dejando el fin de semana para las actividades B.
El hotel ultra recomendable, no solo para las chicas por estar tan cerca del cuadrado de la moda, sino que también por ser ultra moderno, toda la suite se controla a traves de ipad que están en la habitación y en el living: cortinas, calefacción, televisión, música, servicios, todo se controla del ipad, la cama es súper King, especial para recibir invitados, y lo mejor, el domingo nos dejaron hacer el check out a las 4 de la tarde, lo que se agradece para pasar mejor la caña antes de partir, y destacando también por supuesto que en la planta baja está el famoso club Armani Privé abierto desde los miércoles de cada semana y el Lounge Bar del último piso que está bastante de moda entre los Milaneses.
en el elevador
Una de las cosas que me gustó mucho de la ciudad, es el estilo de salida de sus habitantes, mientras que en Londres, San Francisco o Los Ángeles hay que salir temprano para alcanzar a carretiar antes que te cierren los locales a las 3 o a las 2 am. respectivamente, acá hay que salir temprano porque si no mas, o mejor dicho, para alcanzar a carretiar mas, pese a que no hay límites de horarios establecidos claramente. Es así, que al igual que en Roma, se parte tipo 19 horas con el famoso “aperitivo” que no es otra cosa que una pre-previa, incluso antes de ir a cenar, donde la gente va a tomar cocteles y de cortesía en los locales con cada trago te sirven un apetizer, algo así como salir de tapas en España, pero con preparaciones un poco mas sofisticadas. Entonces de repente te ves a las 7 de la tarde sentado en un bar empezando a beber sin ni siquiera haber empezado la previa.
Para seguir las tradiciones locales, porque quienes somos para ir en contra de tan sabias costumbres, empezamos a conocer la noche de Milán, partiendo en el Lounge del Armani Hotel con el aperitivo de rigor tipo 7 de la tarde, por supuesto había que reservar, porque pese a ser día miércoles, todo el mundo sale en Milán al aperitivo, así que luego de unas copas y el aperitivo en el ondero bar del último piso del hotel, partimos a un Night Club que habíamos reservado por recomendación de una pareja con la que saldríamos el viernes, de nombre Just Cavalli, que es un night club muy topi topi de la ciudad, de propiedad de la tienda de ropa del mismo nombre.
señorita K alistandose para salir
Terminado el aperitivo pedimos nuestro uber, que por supuesto, como en gran parte de Europa los Uber X son Mercedes Clase E, Lancia o Audi, mientras que los uber Black son Mercedes clase S, Maserati o Lancias mas grandes, y el chofer con un traje bien elegante nos llevó hasta el night club elegido, nos dejó en la entrada y por su puesto se bajó a abrirnos la puerta, hasta el chofer tenía el estilo correspondiente a la ciudad.
Habíamos reservado para la cena, ya que así es mas fácil para entrar que llegar solo a la hora de la disco, sin perjuicio que el código de vestimenta es igual de estricto con o sin reserva, pero afortunadamente  nos habíamos hecho de algunas piltras lindas para salir en Paris, así que con algo de armamento andábamos para la guerra.
Siempre con la mirada del lado b latente, en la cena no parábamos de apreciar el resto de los concurrentes, yo creo que en ese lugar si llegaba Tonka Tomicic, pasaría como del montón o menos, porque la cantidad de chic@s guap@s en el lugar deba por pagado cuan alto precio saliera la cuenta de la cena, que curiosamente salió menos de lo esperado.
Just Cavalli Club
Como obviamente somos unos provincianos medios picantosos y de mal gusto en un club de elite, de lo mas topi en Milán cuando pusieron Reggetón la señorita K, ya con unos cocteles encima empezó a bailar “hasta abajo” lo que atrajo las miradas entre extrañadas y de admiración por la forma de bailar, tanto que incluso unos chicas, de esas que se ponen un traje de payaso y les queda increíblemente bien se pusieron a bailar con ella imitándole el pasito latino que trajimos al local, la cosa era simple o nos echaban por flaytes, o nos admiraban por excéntricos, por suerte fue lo último. Así nos hicimos de amiguitos con quienes seguir la fiesta, y cuando terminó los invitamos a la última de la noche en nuestro hotel, pero como era medio lado A el asunto no pasó mas allá que algunos agarrones y unos besos locos, pero para nosotros era solo el comienzo y nunca fue el objetivo que de ese día tampoco, pero si salía algo salía.
Nuestra incursión en el lado B fue desde el día jueves de esa semana, dónde visitamos el Fashion Club Prive los días jueves  y viernes, la primera vez fuimos solos, buscando el éxito, y la segunda con una pareja local que sin temor a equivocarme ha sido unos de los mejores SW de la escapada.
Fashion Club es un club enorme, queda en Uber a unos 20 minutos del centro de Milán, tal vez un poco menos si se toma algo de velocidad o algún atajo que luego descubrimos con la pareja de allá. Al llegar la primera vez nos bajamos una cuadra antes y empezamos a buscar, en la calle, había una entrada de un condominio y algunas industrias y shopping, buscábamos algún citófono que tocar y entrar a algún sucucho o subterráneo, luego pasamos por una especie de discotec estilo Las Urracas, con muchos autos afuera, porteros, y gente muy estilosa entrando, seguimos nos dimos la vuelta a la manzana y no lo encontrábamos, y volvimos a pasar por la discotec por último para preguntarle a alguien y resulta que miramos hacia arriba donde estaban los focos que alumbraban al cielo y un letrero exterior nos indicaba que estábamos en Fashion Club, así que, cuan night club de moda, hicimos la velvet line tras una entrada de muros de arbustos que permitía hacer la fila sin quedar expuesto a la calle, que era donde se detenían los autos para que los valet parking los estacionaran y la gente entrara inmediatamente al lugar donde se hacía la fila.
La entrada junto con la membresía el primer día nos salió unos 120 Euros, entrada que bajaba a 50 Euros una vez que ya eras miembro, así que el viernes, al día siguiente, solo pagamos los 50 Euros de la entrada. Luego de ser recepcionados en las cajas de admisión firmamos los consentimientos respectivos, yo ya ni se que he comprado vendido o a qué me he obligado en los viajes a Europa con tanto contrato y consentimiento que  te hacen firmar en los club swinger, pero para variar unos dos o tres formularios había que firmar, el correspondiente escaneo de tu documento de identidad y luego dejabas tus cosas en el Ropero o Guardarropía como se dice acá (En todo caso el escaneo de tu documento de identidad es un estándar en casi todos los club de Europa, por sus temas de terrorismo y seguridad, incluso a veces en las discos masivas te registran mas que en el aeropuerto para entrar).
Fashion Club Prive, foto no tomada por nosotros
Yo ya acostumbrado a los clubes del viejo continente y USA, junto con mis condones llevo mi candado, así evito pagar el costo que es estar comprando en cada club un candado para los lockers, así que simplemente utilizo el mío en el lockers que se me da la gana, salvo que el lockers sea electrónico como en algunos club de Praga o AMS, pero es una buena práctica.
Al ingresar al club te encuentras con un primer ambiente amplio, estilo Lounge, con muchos sillones, muchos de ellos de diseño, me atrevería a decir que mas de alguna pieza era original. En ese lugar también está la barra principal, que como en general se bebe poco allá era abierta, uno pedía desde cervezas, energizantes hasta whisky o jägermeister. Este Lounge daba el acceso a la discotec del primer piso que quedaba tras unas puertas, en donde estaba dispuesta una pista de baile capaz de albergar a una gran cantidad de personas, con un escenario, sin show obviamente, es Milán ok! Alrededor de la pista habían dark rooms privados para tomar alguna copa en tranquilamente o algo mas. Volviendo al lounge, estaba el acceso hasta el segundo piso, en donde luego de subir estaba el bufette de comida, donde encontrabas aperitivos salados y dulces y otro pequeño lounge esta vez con mesas mas altas estilo resto por si daba hambre. Tras este Lounge habían unas cortinas que daban paso a las salas temáticas, con celdas, piezas BDSM, los típicos glory hole  y otros cuartos con sillas ginecológicas y algunos artefactos que tal vez alguien aficionado al sado podría explicar mas que yo. Luego venía una  segunda barra para refrescarse después de alguna actividad que hubiesen acontecido en aquellas habitaciones y al lado de la barra estaba la escalera al tercer piso en donde estaba el play room masivo, enorme, para muchas parejas, muy limpio y con todo lo necesario para mantener relaciones múltiples sanamente, y a la vez habían algunos pasillos laterales con play rooms mas pequeños para 4 o 6 parejas, luego había otra escalera hacia la terraza pero hacía mucho frío así que no salimos.
Fashion Club, escalera al tercer piso
En ese lugar el día jueves estuvimos con dos parejas muy jóvenes, afortunadamente la señorita K andaba con algunos brebajes energizantes en el cuerpo y no empezó con que “pero es que tiene cara de niñito”, así que todo fluyó normalmente y a aprovechar las guapetonas parejas que conocimos.
Diferente fue el día viernes en que concertamos con una pareja previamente, estilo que si bien no es tan inesperado y audaz como un encuentro casual en un play room, si te da mayor posibilidad de elegir personas que son absolutamente de tu gusto, mientras que en el club es mas flexible el rango de elegibilidad.
El día viernes luego del aperitivo de rigor partimos a juntarnos con nuestra pareja de Tinder elegida al tradicional barrio bohemio de Navigli, en un bolichito bien simpático nos juntamos con una pareja que nos vino de perilla, ella 23 años, ultra mega guachona y él 38, tal como le gustan a la señorita K, que maravilla dije yo, no podía estar mas feliz, sobre todo cuando la chica nos dijo, miren les gané ya se me acabó el vodka, mi dios dije, es de los nuestros y es tan bonita mas encima, bueno, del bolichito en Navigli nos fuimos en el auto de ellos hasta un antro de música electrónica, donde luego de un poco de show para entrar porque no estábamos en la lista finalmente logramos el ingreso, pero la señorita K quería demostrar sus dotes de bailaóra! Y sin un “reggeton lento, de esos que no se bailan hace tiempo”, no lo podía hacer, así que insistía en que quería ir a Fashion Club nuevamente en que la música era mas variada, así que se convencieron y nos fuimos a fashion club por unos atajos mas rápidos, la cosa es que tardamos como 10 minutos en llegar solamente.
En el hotel
Curiosamente había menos gente que el jueves que estaba repleto, y allí nos enteramos que el viernes la gente iba a otro club que quedaba cerca de allí, pero en realidad no me podía importar menos, yo ya estaba listo y dispuesto, allí las cosas fluyeron mas y nos fuimos a los play rooms del tercer piso en donde permanecimos hasta que nos echaron por cierre, ambos muy muy conformes con esa noche. Luego ya saliendo del lugar caminando hacia el auto les preguntamos, mejor dicho yo les pregunté si querían salir el sábado, ya que era absolutamente necesario repetir, pero lamentablemente tenían un matrimonio, cosa que ya me habían dicho pero yo no me acordaba, obvio, eran como las 6 am, maldición! Qué podía hacer, esto no podía terminar así como así no mas a las 6 de la mañana como si nada, era impresentable, así que aunque la señorita k ya estaba media cansada y arriesgando reto, empecé con mi tradicional “after hour, after hour”, a lo que prendieron enseguida, la señorita k me dijo: bueno pero pasemos por una redbull con pizza, así que a la salida del club compramos unas redbull, pizzas y nos fuimos al hotel.
La habitación se lució, partimos en el living, pedimos algo para beber, cerramos los black out y seguimos la fiesta hasta como las 9am. donde ya estábamos muertos, así que como un caballero me vestí, los acompañé hasta el auto en el ascensor con unos chinos que iban a un city tour, de esos con banderitas, dejándolos invitados a Chile todas las veces que quisieran, no a los chinos, obvio. Pensaba que ese viernes había sido lo mejor del fin de semana, pero quedaba el sábado, pero no les diré si fue mejor o peor porque me cansé de escribir, así que me lo preguntan cuando nos veamos. Espero que les sirva y no dejen de visitar Milán en sus escapadas.

5 comentarios:

  1. Muy entretenido tu blog, sin duda nos será muy útil.
    Saludos

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  2. Muy interesante!!

    Queremos saber que paso el sábado!! Y ya puesto algún detalle más de la noche “23” jajaja

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    Respuestas
    1. Cual es el local que hay que ir el viernes? Igual vamos a milan un viernes y me gustaria ir. Gracias

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