Hace unos días atrás estaba en casa un día jueves tomándome
una tasa de té verde luego de la sesión de gym respectiva del día, esperando
como siempre que llegara al cuchitril la señorita K. Haciendo un breve
paréntesis, en nuestro caso no es muy
aplicable la conocida y erótica publicación de Facebook de una chica con
delicada lencería y en una actitud fogosa y ardiente que publica “Así espero a
mi hombre que llegue a casa”, sino que es mas bien aplicable la escena del
señor viñamarino esperando en “salida de cancha” (buzo para los Santiaguinos y
el resto de Chile), con mi tasa de té esperando que llegue la dueña de casa,
las consecuencias de vivir con una mujer muy trabajadora. Pero bueno, ese día
la señorita K se quedó hasta la última clase de Cross Fit por lo que llegó
bastante tarde y como pocos jueves ese día nos quedamos en la casa y escuchamos
un programa de temática swinger que transmiten en una radio local (FM joven)
todos los jueves, y como casi nunca estamos en casa los jueves por la noche no habíamos
tenido muchas oportunidades para escucharlo. La temática era acerca de los club
swingers, en relación con el popular tema de los fines de lucro de las
actividades económicas, tan de moda hoy en día en que parece que nadie puede
querer legítimamente cobrar por el trabajo y esfuerzo, sino mas bien el lema es
esperar que todo le llegue gratis en bandeja exigiendo un sin fin de derechos y olvidándose de todas las
obligaciones, pero bueno, eso es otra cosa. El asunto es que en la foto de la
publicación del programa en Facebook aparecía un club de Praga muy lindo y me
vino a la memoria nuestra visita a la capital de República Checa y que dicha
visita no la había plasmado en nuestro blog, privando a los que les gusta
leerlo de algunos detalles sabrosos de la estadía.
Conocida
como las ciudad de las mil torres, y lo mas parecido a una ciudad de un cuento
de hadas la capital de República Checa sin miedo a equivocarme es una de las
ciudades mas lindas en la que hemos estado, en todos los aspectos, no solo la
arquitectura sino que también todas las manifestaciones artísticas y culturales
que giran en torno a la ciudad, para que hablar de las guapas mujeres checas
que tienen un aire bohemio pero no por eso menos elegantes que sus pares de
las demás capitales de Europa del Este.
El viaje lo
comenzamos en Berlín, solo el día antes habíamos estado en Leipzig en un increíble
carrete con una pareja de esa ciudad, que tal vez recuerden en una publicación anterior, como consecuencia de eso, todavía estábamos medios averiados, y
considerando la elevada temperatura del verano europeo nuestra condición física
para el viaje dejaba bastante que desear, pero bueno, tomamos nuestro Uber
hasta la estación de trenes de Berlín y abordamos el tren que se dirigía a
Bratislava, ciudad que conociéramos después de Praga y que tenía una parada en
la capital Checa.
Estación de trenes de Berlín |
Lamentablemente el tren que escogimos era una línea de trenes checos, no alemanes ni austriacos que son tan buenos. Pese que era un viaje relativamente
corto de 5 horas, no es lo mismo cuando lo haces con unos 35 grados de
temperatura y con un aire acondicionado defectuoso en el vagón, lo bueno es que
nos fuimos conversando con unas holandesas que no eran la excepción para nada
al común de las sexys holandesas que se ven por todos lados en las calles de
Amsterdam, ellas iban hasta Eslovaquia y creo que hasta hoy me lamento no haber
hecho primero Bratislava y después Praga, ya que no coincidimos en los tiempos
de estadía para mala suerte de esta pobre pareja viñamarina, que, con la vieja
técnica del tercer mundista de país “exótico” siempre mantiene algún tema que
puede interesar a la Europea chic shuer loca rica, de esas que todavía no
entiendo por que viven y mueren por ir a conocer Valparaíso y sus asaltantes.
Así que ya
saben, no tomen los trenes checos para viajar. Al llegar a Praga nuestras
maletitas sufrieron bastante por las calles de adoquines que tuvimos que
recorrer hasta llegar a nuestro hotel, el cual estaba ubicado a pocas cuadras
del puente de Carlos, ícono de la ciudad de los cuentos. Mientras nos
acercábamos al centro, la señorita K despotricaba por lo pesado de su maleta y
las calles de adoquines, situación que por supuesto fue advertida por su pareja
antes de salir de Viña, pero que no fue escuchada por la señorita K, llevando
una maleta de tamaño poco aceptable para las caminatas en las antiguas calles
de las capitales del Este. Finalmente después de caminar unos 25 minutos entre
las multitudes de turistas de las céntricas calles del casco antiguo llegamos a
nuestro Hotel, el Aurus, ubicado en la calle Karlova, un edificio antiguo con
características y decoraciones propias de la época romántica de Praga, allí
descansamos un rato y nos duchamos para salir a recorrer la ciudad y ver las
oportunidades que nos brindaba.
nuestra habitación de la acción |
La ciudad
de día y su gente no representa necesariamente lo que es de noche, tal vez por
la excesiva cantidad de turistas que recorren el casco histórico, con sus
poleras de “I Love Praga”, bermudas hasta bajo las rodillas y coloridos jockey,
situación que priva en un primer momento de apreciar la verdadera identidad de
la ciudad. Sin embargo, a medida que uno se va alejando del casco histórico y comienza a adentrarse por sus calles y
callejones se puede comenzar a captar la atmósfera auténtica de Praga.
Felizmente
ya teníamos algunos contactos en la capital Checa por sdc para juntarnos las
noches que estaríamos de fiesta en la ciudad, pero como llegamos un jueves,
preferimos salir el primer día a descubrir solos a ver si podíamos cazar algo
simpático como lo habíamos hecho en Viena y en Berlín, pero Praga no es ninguna
de aquellas ciudades, sino una sustancialmente distinta.
Previamente
a la salida nocturna y como buen viajero, y no un simple turista, ya había
realizado un estudio intensivo de la ciudad para captar mas o menos donde debíamos ir, alejándonos así del
casco histórico y concurriendo a algunos bares y pistas de bailes mas propias
del checo local. Al igual de lo que pudimos darnos cuenta en Rumania, país que
conoceríamos algunas semanas después, el cambio de sistema político influyó
notablemente en el comportamiento de las masas, debemos recordar que luego de
la Segunda Guerra Mundial la entonces Checoslovaquia era una república
socialista, lo cual solo cambió con la revolución del terciopelo en los años
noventa, trayendo consigo toda la fuerza capitalista y su estilo de vida que
fueron inmediatamente adoptados por los habitantes del país, por lo que no era
de extrañar que la vida nocturna fuera extremadamente glamorosa, cumpliendo un
rol importante y fundamental los accesorios de marcas lujosas que muchas veces
son las llaves de entrada a las discos mas exclusivas de la ciudad, debiendo
por tanto hacer un cambio en nuestro estilo que habíamos adquirido en Ámsterdam
y Berlín, y empezara a salir de fiesta
mas producidos para no pasar un mal rato.
Señorita K en la barra |
Esa noche
recorrimos algunas discotec de la zona centro y nos percatamos que la gente es
bastante accesible, sobre todo porque les gusta bastante practicar ingles con
los extranjeros, todo lo contrario a lo que sucede en capitales como Kiev o
Minks en que hablar inglés es bastante poco útil para tener una aproximación al
habitante local. En las discos es bastante común el consumo de distintas drogas
sintéticas por lo que no es de extrañar conductas altamente sexualizadas y
alocadas en los interiores de las discos mas top, nunca tanto como en Ibiza,
pero dignas de contemplar.
Cenando a la orilla del Moldava |
Al día
siguiente, luego que no tuviéramos mucho éxito en la caza furtiva, parte por el
cansancio del viaje y porque las parejas y
mujeres checas son un poco menos liberales en público que las holandesas
o alemanas, nos dedicamos a seleccionar nuestra cita nocturna, la que fue con
una pareja de un Italiano con una Checa. Nos juntamos en un restorán italiano
que quedaba en las orillas del Río Moldava, obviamente a elección de ellos, y
realmente buena elección y para que decir de nuestra pareja de nuevos amigos,
muy elegantes y sexys. La chica con el pelo tomado rubio y muy alta, para lo que
estamos acostumbrados, el chico mayor que ella, pero como le gustan a la
señorita K, así que estábamos bien, la chica bastante bi, pero como era muy
linda la señorita K no tuvo ningún inconveniente con ese punto, al contrario.
Con ellos salimos dos días, en uno de ellos fuimos a un club swinger ubicado en
Praga 9, nos explicaban que los club
swinger que hay en Praga 1, el sector céntrico y mas turísticos, son bastante
malos y se especializan mayormente en el gang bang, por lo que nos recomendó
que fuéramos al club Fantasy, que queda en el sector donde están los shopping
en las afueras de la ciudad, pero sin salir de ella.
Señorita K y amiga Checa |
La primera
noche fue algo soft y mas dedicadas a sacarse las ganas que tenía la Checa de
tener algo con una latina, para lo cual la señorita K era perfecta, así que fue
mas estilo bi night, asumiendo uno un rol mayormente contemplativo o de, dejar
hacer, dejando algunas cosas pendientes para nuestra próxima salida.
Al día
siguiente nos juntamos a cenar en el Buddha Bar del centro y luego fuimos a un
bar cubano “La bodeguita del medio” que hasta donde yo sabía solo estaba en la
Habana, bueno, no, en Praga también, claro que no se parece en nada al mítico bar de la Habana Vieja. En ese
lugar tomamos unos mojitos cubanos, con los cuales alucinaban la pareja de
Praga, pero que en realidad por nuestro lado encotramos mas ricos los de club O, pero en fin, juraban
que estaban en cuba y como la señorita K sabe bailar salsa mas fascinados
quedaron y partimos inmediatamente a Club Fantasy.
Fuimos en
su auto y al llegar nos recibe la anfitriona en un pequeño cuarto donde había
que sacarse los zapatos y ponerse unas pantuflas para entrar para no maltratar
la alfombra, obvio, luego entramos a un club muy moderno en dos niveles el
superior por donde se entraba y el inferior que era el central, lugar en que
había una barra, un escenario pequeñito
y varias mesas tipo bar, todas llenas por ser sábado. Afortunadamente
nuestra pareja había reservado una mesa vip en el sector alto del club que
conectaba directamente con el sector hot. En ese lugar nos tomamos algunos
aperol spritz y comimos alguna cosita, La decoración del lugar era muy
minimalista, pero la calidez se la entregaba las luces led rojas y azules que estaban tras los muros
o bajo el suelo y en el bar, muchas parejas sexys, el lugar en si era tranquilo, el
show como sabemos no es el fuerte de Europa y acá no era la excepción, en
realidad nadie pesca mucho el pequeño show, pese a ser muy atractiva la stripper,
era mas bien un baile stripper tipo americano, estilo Eleven de Miami, mas que
algo directamente sexual o explícito. La entrada costaba 100 Euros (el
equivalente en Coronas Checas) la pareja y no incluía consumo, pero si un bufe de comida tipo cóctel de la
cual tuve que sacar reiteradamente a la señorita K para que no pareciéramos
tanto tercer mundistas muertos de
hambre.
Con los amigos y los mojitos |
Como en
todos los club para entrar a la zona hot hay que pasar por los lockers, dejar allí
las ropas y ponerse una toalla, luego de los lockers había un sector de jacuzzi gigante que daba a la parte de atrás de la barra principal por lo que también podías
pedir tu copete desde el jacuzzi en la misma barra central pero del otro lado,
así que en ese lugar jugamos nuevamente con la pareja y otra mas que había en el lugar para
luego pasar a la amplia zona de contacto la cual incluía zonas de colchones
enormes en que predominaban las luces rojas y los tapices grises, todo con
alfombras, gel, toallas, dispensadores de condones etc. Tal vez ese sector se
parecía al sector hot de Twist en San Francisco, por lo amplio de los espacios
y la ausencia de cuartos cerrados como los que hay en Velvet Club para un número
reducido de personas. Acá todo es un solo sector abierto amplio, tenue para
verse y ser visto e interactuar, allí hicimos lo que teníamos que hacer y luego
fuimos por unos tragos al jacuzzi, donde conocimos a otra pareja que la
invitamos a unirse a la fiesta, pero ya en nuestro hotel porque estaban
cerrando el lugar. Esta otra pareja eran algo mas jóvenes que los otros chicos pero muy motivados, ella con unos labios pintados rojo intenso y ojos claros y el joven con pinta de que se demoró mas que ella en arreglarse antes de salir. Así, por segunda noche nuestra habitación de hotel fue protagonista de un
encuentro, ya no soft, y no de cuatro, sino una manifestación del purismo del swinger clásico, como
los antiguos próceres del movimiento lo concibieron, como corresponde para una
ciudad medieval orgiástica.
Las amigas Checas |
Yo creo que
en Praga conocimos a las parejas mas simpáticas de esa parte de Europa, incluso
nos dieron los tips para carretiar en Bratislava, la capital de Eslovaquia
donde viajaríamos unos días después y nos llevaron a conocer algunos lugares y
bares rancios del lado B de Praga el día domingo y luego los museos de la tortura que son una atracción bien solicitada en la ciudad y con la que me acordé de varios contertulios del lado B local que estarían bien entusiasmados con esos museos.
En resumen
Praga no queda chica para nada frente a otras capitales de la zona, hay a lo menos tres club
grandes de los cuales el mas bonito y chic es Fantasy el cual lo recomiendo a
ojos cerrado, la gente es muy fashion y atractiva. Hay para todos los gustos y por lo menos requiere unos cuatro días para poder conocerla bien y disfrutar de su lado B.
museo de la tortura |
museo de la tortura |
museo de la tortura |
museo de la tortura |